Un mantoscuro se cuelga del techo por medio de un pie tentacular que tiene en la parte superior de su cuerpo. Así, puede adoptar la apariencia de una estalactita, manteniendo rígidos los tentáculos bajo sí mismo, o un trozo de roca, extendiéndolos de manera que la membrana entre ellos cubra su cuerpo. Su caparazón y su piel suelen parecer pidra caliza, pero el mantoscuro puede cambiar lentamente su color para adaptarse a casi cualquier tipo de fondo pétro.
Los eruditos creen que ésta criatura se ha desarrollado hace poco, a partir de un depredador subterráneo similar, pero mucho menos capacitado. Un mantoscuro mide un metro veinte de largo desde la punta de sus tentáculos a la parte superior de la cabeza.
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