Tras volver a su ya habitual habitación de descanso y reponer fuerzas (tras acabar con una manada de ratas); el grupo siguió investigando el enerome complejo:
Sala A72. Salón de Entrenamiento
Trozos de roca de distintas medidas, junto con un suelo de piedra hacen de ésta habitación algo distinto a las que habéis visto hasta ahora.
Una habitación sin demasiada historia, lo único remarcable de la sala su dificultad para desplazarse por la misma.
Sala A73. Estudio
Una habitación con algunas estanterías con varios libros de diversa temática (ninguno especialmente interesante), una mesa y varias sillas.
Aquí el grupo se entretuvo un poco en buscar puertas secretas y ésas cosas, encontrando al fin debajo de la mesa una pequeña gema valorada en 250 piezas de oro.
Sala A74. Dormitorio
Una habitación con el mismo tipo de trabajo que todas las demás, pero que ha sido acondicionada como dormitorio para una gran cantidad de seres de tamaño humanoide.
Tlarl, haciendo gala de su habilidad para detectar puertas secretas, descubrió una al fondo de la sala. Puerta, que al abrirla disparó un chorro de ácido contra Kornak, el minotauro.
Sala A75. Cuarteles secundarios
El daño causado a ésta habitación parece ligeramente menor que el causado en las demás, aun así, hay varios restos en el suelo, entre los que destacan varios esqueletos.
Un pequeño grupo de ratas infernales acechaban en ésta habitación, pero el grupo, prevenido, no tuvo demasiado problema para acabar con ellas. Eso sí, Hermenegildo quedó contagiado por una enfermedad mediante mordisco.
Sala A76. Cuarteles Secundarios (II)
Otra sala que presenta muy pocos daños, incluso hay un par de camas que están totalmente intactas.
De nuevo, la aptitud de los elfos para descubrir puertas secretas (en éste caso fue Durdin, el pícaro elfo oscuro), reveló que al fondo de la sala había una nueva puerta camuflada. El problema fue, que al abrirla, rocas y partes del techo se les cayeron encima, dejando muy malheridos a varios de los miembros del grupo (el peor parado fue el monge Randall Brightspear).
Sala A72. Salón de Entrenamiento
Trozos de roca de distintas medidas, junto con un suelo de piedra hacen de ésta habitación algo distinto a las que habéis visto hasta ahora.
Una habitación sin demasiada historia, lo único remarcable de la sala su dificultad para desplazarse por la misma.
Sala A73. Estudio
Una habitación con algunas estanterías con varios libros de diversa temática (ninguno especialmente interesante), una mesa y varias sillas.
Aquí el grupo se entretuvo un poco en buscar puertas secretas y ésas cosas, encontrando al fin debajo de la mesa una pequeña gema valorada en 250 piezas de oro.
Sala A74. Dormitorio
Una habitación con el mismo tipo de trabajo que todas las demás, pero que ha sido acondicionada como dormitorio para una gran cantidad de seres de tamaño humanoide.
Tlarl, haciendo gala de su habilidad para detectar puertas secretas, descubrió una al fondo de la sala. Puerta, que al abrirla disparó un chorro de ácido contra Kornak, el minotauro.
Sala A75. Cuarteles secundarios
El daño causado a ésta habitación parece ligeramente menor que el causado en las demás, aun así, hay varios restos en el suelo, entre los que destacan varios esqueletos.
Un pequeño grupo de ratas infernales acechaban en ésta habitación, pero el grupo, prevenido, no tuvo demasiado problema para acabar con ellas. Eso sí, Hermenegildo quedó contagiado por una enfermedad mediante mordisco.
Sala A76. Cuarteles Secundarios (II)
Otra sala que presenta muy pocos daños, incluso hay un par de camas que están totalmente intactas.
De nuevo, la aptitud de los elfos para descubrir puertas secretas (en éste caso fue Durdin, el pícaro elfo oscuro), reveló que al fondo de la sala había una nueva puerta camuflada. El problema fue, que al abrirla, rocas y partes del techo se les cayeron encima, dejando muy malheridos a varios de los miembros del grupo (el peor parado fue el monge Randall Brightspear).
Sala A77. Sala de experimentos.
Una sala enorme, en la que se sienten los restos de una poderosa magia muy antigua. Varios maniquís chafados por las rocas dan la impresión de que era una enorme sala de entrenamiento.
Al fondo de la sala vieron una puerta, pero dicidieron volver sobre sus pasos.
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