Personajes: Alurl “Ojosrojos” Treadstone

jueves, 26 de febrero de 2009

Era una mañana silenciosa y fría, como muchas otras en la antípoda oscura, Alurl estaba sumido en sus pensamientos sobre el desconcierto que le probocaban las estaciones las veces que emergían en la luminosa superficie para comerciar con humanos y otras razas más propias de arriba; Alurl y su padrastro avanzaban silenciosamente por los túneles. 

En realidad, Brontar Treadstone avanzaba en el más absoluto silencio, mientras que Alurl “Ojosrojos” Treadstone intentaba (sin conseguirlo) no hacer ruido; los sonidos se desplazan largas distancias en los túneles, de manera que Brontar había tratado (también sin conseguirlo), por todos los medios, enseñar a Alurl el arte del sigilo. 

Se movian en un perfecto duo fruto de los muchos años de práctica; Alurl se movía por el centro intentando no hacer ruido mientras que Brontar siempre lo flanqueaba en el más absoluto silencio; era sumamente bueno a pesar de que su constitución baja y rechoncha pudiera no dar esa impresión, a veces Alurl incluso creía que Brontar lo había avandonado y que vagaba solo por los túneles, como en esta ocasión. A la vez, y mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro azabache, rememoraba las palabras que más frecuentemente rezongaba el enano a este respecto: 

- Chico no entiendo como los de tu raza consiguen ser tan silenciosos y tú, sin embargo, pareces un gusano púrpura con un ataque epiléptico en los tentáculos -y de vez en cuando añadía- Bueno ya que no eres silencioso, al menos tendremos que protegerte. 

Así fué como Alurl se enteró de que su padrastro era un más que decente artesano, viéndolo forjar una armadura y un escudo dignos de un acaudalado mercader. 

Algo hizo emerger de sus pensamienteos a Alurl, algo se avecinaba, lo presentía, el túnel se cargó de tensión, y de repente, sin previo aviso, Brontar saltó al costado de Alurl ejecutando una complicada maniobra con su formidable hacha y susurrándole a Alurl: 

- Corre al frente, huye, es una emboscada. 

Alurl se quedó paralizado mirando lo que sostenía en las manos su padrastro; era la cabeza de un Ilícido o Desuellamentes, una de las criaturas más temidas de toda la antípoda oscura. En un instante todo le volvió a la mente, toda la historia contada hacía ya muchos años por su padrastro en la cueva que compartían: 

“Tengo que contarte una historia Alurl, hará ya más de veinte años, me encontraba vagando por los túneles cuando detecté la presencia de unos Ilícidos y sus esclavos, estaban emboscados y esperaban el paso de algo o alguien. Mi curiosidad quedó rápidamente saciada cuando una caravana de mercaderes Drow pasó por la sala en la que se habían apostado; venían de frente y cuando la líder de la caravana se hallaba casi a mi altura en la salida del túnel, empezó el ataque, la líder cayó de la silla y el lagarto que montaba inició una loca carrera hacia adelante con el fin de evitar el ataque ... supongo, la cuestión fué que me pareció una manera rápida de salir de allí, así que puse un pié en el estribo y me agarré fuerte de la cincha y la silla y fuí rebotando agarrado al animal hasta una distancia bastante segura, con la idea de soltarme más tarde. Cual fué mi sorpresa, cuando tras el traqueteo inicial y después de alejarme un poco a lomos de la bestia, escuché atónito algo parecido al llanto de un recién nacido que provenía del otro lado de la bestia. Traté de calmar al lagarto y obligarlo a parar y finalmente pude alzarme hasta la silla y revisar lo que colgaba del lado contrario. 

Y allí estabas tú, un bebé negro como el carbón y con los ojos rojos, perdona que lo diga hijo, pero los drow y los enanos han sido enemigos encarnizados desde antes de que el mundo fuera lo que es, así que estuve en un tris de dejarte allí, pero al asomarme a verte, los pelos de mi barba creo que te hicieron cosquillas y te echaste a reir así que te clavaste hondo en mi corazón, me convertiste en padre sin preparación, sin embarazo, sin edulcorante y sin tener ni idea de que es lo que necesita un bebé. Desde entonces hasta ahora te he criado, dado y enseñado todo lo que he creido necesario.” 

–Dolor, mucho dolor en la cabeza- 

Allí seguía Brontar sujetandose la cabeza con las dos manos, mis manos ... haciendo lo mismo, eché a correr .... no he vuelto a ver a Brontar y estoy en la superficie, los túneles son demasiado duros y peligrosos para una criatura solitaria.
Es un explorador drow.

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