Sala 116. Rebeldes desolados
Ya desde fuera se oye el jaleo que se arma desde el interior: un gran grupo de goblin montando juerga y bebiendo.
Los pobres goblins no vieron venir la muerte, pero la muerte les encontró rauda y sangrienta.
Sala B117. Perros Intermitentes
En medio del caos que es el dungeon, ésta habitación se siente segura. Un aire en calma y el orden de la misma os hacen relajaros.
En ella hay un perro intermitente al que dejaron en paz (mas que nada porque es de alineamiento bueno).
Sala B118. Sala del guardia
Una sala que obviamente servía para montar guardia (mesas, armas contra las paredes, agujeros en las paredes para ver los pasillos de alrededor).
Al entrar se activa una trampa que hace que las paredes se acerquen lentamente la una a la otra. Los personajes usaron la fuerza bruta para reventar la puerta a una salita adyacente, desde la que desactivaron la trampa.
Sala B119. Puesto abandonado
Éste era un punto de reunión de algún tipo, pero se nota que hace muchos años que ha sido abandonado. Las camas contra las paredes y el fuego en el suelo ayudan a hacerse una idea.
Sala de descanso donde no hicieron nada.
Sala B120. Encrucijada
Ésta sala es realmente enorme, tanto que no llegas a ver ni las paredes ni el techo; además, en las paredes hay varias runas inscritas en azul y rojo; todas ellas en celestial, y que cuentan la historia mas antigua de la mazmorra.
Una serie de trampas sobre las que pasaron sin dudarlo demasiado es el mayor peligro de la habitación.
Sala B121. Bugbear
Unos pocos osgos han hecho de ésta su guarida, huesos, sangre, trofeos varios...
Los osgos presentaron batalla, pero fueron barridos en breves instantes.
Sala B122.
Una habitación en la que parece que haya pasado un tornado: muertos por el suelo, trozos de madera... además, el sonido a estática de la sala os deja desbalanceados.
Una sala un poco incómoda, pero la falta de enemigos les hizo pasar de alto.
Ya desde fuera se oye el jaleo que se arma desde el interior: un gran grupo de goblin montando juerga y bebiendo.
Los pobres goblins no vieron venir la muerte, pero la muerte les encontró rauda y sangrienta.
Sala B117. Perros Intermitentes
En medio del caos que es el dungeon, ésta habitación se siente segura. Un aire en calma y el orden de la misma os hacen relajaros.
En ella hay un perro intermitente al que dejaron en paz (mas que nada porque es de alineamiento bueno).
Sala B118. Sala del guardia
Una sala que obviamente servía para montar guardia (mesas, armas contra las paredes, agujeros en las paredes para ver los pasillos de alrededor).
Al entrar se activa una trampa que hace que las paredes se acerquen lentamente la una a la otra. Los personajes usaron la fuerza bruta para reventar la puerta a una salita adyacente, desde la que desactivaron la trampa.
Sala B119. Puesto abandonado
Éste era un punto de reunión de algún tipo, pero se nota que hace muchos años que ha sido abandonado. Las camas contra las paredes y el fuego en el suelo ayudan a hacerse una idea.
Sala de descanso donde no hicieron nada.
Sala B120. Encrucijada
Ésta sala es realmente enorme, tanto que no llegas a ver ni las paredes ni el techo; además, en las paredes hay varias runas inscritas en azul y rojo; todas ellas en celestial, y que cuentan la historia mas antigua de la mazmorra.
Una serie de trampas sobre las que pasaron sin dudarlo demasiado es el mayor peligro de la habitación.
Sala B121. Bugbear
Unos pocos osgos han hecho de ésta su guarida, huesos, sangre, trofeos varios...
Los osgos presentaron batalla, pero fueron barridos en breves instantes.
Sala B122.
Una habitación en la que parece que haya pasado un tornado: muertos por el suelo, trozos de madera... además, el sonido a estática de la sala os deja desbalanceados.
Una sala un poco incómoda, pero la falta de enemigos les hizo pasar de alto.
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